Más pequeñas, pero igual de fiables. Como las firmas de auditoría independientes se hacen hueco en el sector.

Por: Javier Herrero

En España, al igual que en la mayor parte de Europa, el sector de auditoría está concentrado en cuatro grandes empresas, las denominadas “BIG4”. Estas cuatro multinacionales dominan las auditorías de las grandes empresas cotizadas tanto a nivel individual como consolidado con una alta concentración del mercado, un gran prestigio internacional y una cantidad ingente de recursos. Para ver el alcance podemos decir que en el último quinquenio han obtenido una cuota de mercado de más del 80% de las empresas españolas que cotizan en el IBEX35. Pero en este artículo vamos a desarrollar como las pequeñas y medianas firmas de auditoría se hacen hueco en un mercado cada vez más competitivo y más regulado.

¿Cómo una empresa que trabaje en auditoría, de pequeño o mediano tamaño, puede hacerse hueco en el sector? Vamos a dar, en nuestra opinión, las claves del éxito para poder competir y desarrollar un trabajo de calidad.

Hay un mercado de empresas, obligadas (o no) a auditarse, que demandan unas características específicas en las que las pequeñas y medianas firmas de auditoría están especializadas y que las denominadas BIG4 no se especializan por la complejidad técnica, la especialización de sector o los altos costes que tendrían que asumir para un rendimiento ajustado en su caso. Algunos ejemplos serían las pymes industrializadas, las cooperativas agrarias, las startups tecnológicas o las empresas sin ánimo de lucro. También hay posibilidades de especialización en otros nichos de mercado como las auditorías de subvenciones, informes no financieros y otros trabajos que van surgiendo como actualmente los informes de sostenibilidad, que serán obligatorios en unos años para muchas empresas o cuestiones de digitalización, siempre que el auditor no vea comprometida su independencia con el cliente.

El aporte cualitativo de las firmas independientes se basa en un trato de cercanía y personalizado, incluso por el socio auditor firmante, más directo y duradero en la relación cliente-auditor, atendiendo sus necesidades, lo que le da una tranquilidad extra que genera un valor intangible que fideliza esta relación. Además, hay un conocimiento profundo del cliente, de su estructura interna y de las necesidades que puede necesitar el encargo, siempre sin interferir en incompatibilidades del Reglamento de la Ley de Independencia o salvaguardando las posibles amenazas a la misma.

Un tercer punto a tener en cuenta es el uso inteligente de la tecnología, si estas empresas se especializan en el uso de software adaptado a las necesidades de los sectores que trabaja, automatiza fases como la planificación o la elaboración de pruebas sustantivas o de detalle y de controles, entre otros aspectos, va a ahorrar mucho tiempo a la hora de realizar un encargo fiable y de calidad y así va a poder ser más competitivo en un sector cada vez más agresivo. La diferencia en este punto es que esta inversión es más asequible y personalizable y no tan rigurosa, costosa y estándar como en las grandes firmas.

Otra forma de competir en los mercados es la flexibilidad en los honorarios de estas firmas independientes. Al tener una estructura de costes más reducida se puede ofrecer un servicio de calidad con precios más competitivos, lo que resulta muy atractivo para muchas empresas.

Para finalizar, un punto de una elevada relevancia para competir en el mercado es la gestión del talento. Estas empresas independientes suelen ofrecer a su personal un trato especializado,

basado en las necesidades de cada trabajador, intentando aportar un equilibrio entre su vida personal y laboral, un menor estrés diario y un aprendizaje transversal continuo y no estandarizado, con planes de carrera personalizados con metas asequibles y reales. De este modo, las empresas independientes ofrecen un trabajo de calidad con personal altamente cualificado.

No siempre es suficiente con estas premisas indicadas anteriormente si se quiere ser competitivo dentro de estos pequeños sectores, viéndose en la necesidad de crear colaboraciones con otros despachos o bien formar parte y participar en redes de colaboración nacionales o internacionales que permiten ganar alcance global y compartir metodologías que en el futuro puede abrir puertas a grandes clientes o a colaboraciones más significativas.

Conclusión

Las pequeñas firmas de auditoría no deben aspirar a convertirse en versiones reducidas de las Big4. Su ventaja reside precisamente en lo contrario: en su agilidad, cercanía, especialización y flexibilidad. Si saben capitalizar estas fortalezas y adaptarse a las nuevas demandas del mercado, podrán consolidar un espacio propio y competitivo dentro de un sector tradicionalmente dominado por gigantes. El futuro de la auditoría en España no será exclusivo de las Big4, sino de quienes entiendan mejor cómo aportar valor real a sus clientes.